Faltan 72 días para las elecciones generales del 27 de octubre y la situación económica del país es un caos. La crisis que enfrenta el gobierno de Mauricio Macri es peor que la del año pasado, cuando el tipo de cambio explotó, por dos motivos. Ahora Cambiemos no cuenta con el apoyo popular que sí tenía en ese momento, el domingo acaba de perder por paliza una elección. Además, la figura de Cristina solo era un fantasma acosado por sus causas judiciales. Hoy, la exmandataria, no solo es una realidad, sino que junto a Alberto Fernández fueron la fuerza más votada del país, donde casi un 50% del electorado quiere que sea la fórmula presidencial que dirija al país nuevamente.
El lunes, 12 horas después de que se dieron a conocer los resultados del escrutinio provisorio, el peso argentino volvió a sufrir una despiadada devaluación de más del 25%. La situación se empeoró cuando el presidente salió a culpar al electorado por la decisión que tomó en las urnas y afirmó que, como consecuencia de eso, los mercados reaccionaron temerosos. Error fatal, que mostró debilidad en un presidente que había recibido un cachetazo de realidad horas antes. El “el voto heladera” se hizo sentir con dureza.
Hasta el martes, fueron 48 horas de incertidumbre y de alta volatilidad de los mercados, donde cada espacio intentaba culpar al otro, para sacar algún rédito político. Ambos seguían haciendo campaña electoral con una crisis que, como todas, golpea a la clase trabajadora y a los pobres.
Ayer, los mercados siguieron revoltosos. El dólar cerró a $62 y el riesgo país saltó a 1.950 puntos. Ni la venta de USD 248 millones por parte del Central pudo evitar que la divisa norteamericana vuelva a subir su cotización.
Sin embargo, hubo un gesto que mostró cierta madurez política de los candidatos más votados el 11 de agosto. Alberto Fernández y Mauricio Macri, que se desprecian mutuamente, tuvieron una conversación telefónica que abrió una línea de diálogo entre ambos.
Ninguno de los dos candidatos querían hablar entre sí. Sin embargo, la magnitud de la crisis y la presión mediática, que reclamaba una charla entre los dos, pudo más. La conversación de 15 minutos entre Mauricio Macri y el candidato del Frente de Todos, donde ambos expresaron su buena voluntad para llevar tranquilidad, fue más ¿Un gesto de madurez política? o ¿una foto electoral para octubre?
Este país no está acostumbrado a la madurez política, es más, está llena de mezquindades. Solamente recordemos lo que pasó en 2015, cuando la expresidenta del país y hoy candidata a vicepresidente, no realizó el traspaso formal de mando. Algo que quedará para los libros de historia. Esperemos, que Alberto y Mauricio, superen esa tacañería política y decidan empezar a construir un país en serio, donde no importe el partido político que gobierne.
Hoy, la realidad de los mercados se mostró positiva ante ese hecho político. El dólar tuvo una baja fuerte que llega casi al 10%, pero hay que esperar al resto de la semana para ver si logra estabilizarse. En la city, la moneda norteamericana se vende a $58, después de haber tocado los $63. Pero esos signos positivos no son suficientes, se tendrá que seguir trabajando y dando señales positivas, pero no para los mercados, sino para los argentinos, que son los que más urgencias tienen.