Domingo argentino, sí señor, el día más idóneo para trascender culinariamente. Es ese día, el que te da la posibilidad de brillar ante tu novia, tus suegros, tus hijos, tus amigos; y porque no, ante aquellos infelices que no soportas y buscas cada oportunidad para demostrarles que sos mejor en todo.
Hay miles de formas para desenvolverse en el ámbito de las comidas, pero hay que tener ojo, depende siempre de quienes sean los comensales. Por ejemplo, si en el encuentro gastronómico participan los amigos del trabajo, y resulta que son todos de sexo masculino con características trogloditas, entonces el plato debe ser generoso, rico y simple. Nada de recetas finas ni protocolos británicos. Lo que se acostumbra en estos casos es la parrilla, con una mesa básica de tablas de madera, cubiertos si los hay, chimichurris picantes, pan, y mucha pero mucha bebida. Innecesario convertirse luego en víctima de gastadas y chanzas aludiendo a la femenina delicadeza del plato degustado.
La receta troglodita de hoy es: Pollo a la parrilla. Simple, rico y bien de macho.
Para cocinar este pollo a la parrilla vamos a necesitar:
- 1 pollo de 2 kilos y medio aproximadamente
- 50 gramos de manteca
- 3 cucharadas de mostaza
- jugo de 1 limón
- sal y pimienta recién molida, a gusto.
En un primer momento, tomamos un jarro donde ponemos la manteca, la mostaza y el jugo de limón. Lo calentamos a fuego lento hasta que todo se disuelve bien. Luego le agregamos sal y pimienta.
Después limpiamos el pollo y lo secamos con un papel absorbente. El siguiente paso es abrirlo. Para eso hay que voltearlo para hacer presión sobre los muslos y dejarlo abierto. Hay que salar sin temor, pues el pollo sólo absorberá lo necesario.
Luego llevamos el pollo a la parrilla. La misma, tiene que estar limpia y caliente y lo dejamos con la piel hacia arriba. Ahí lo pincelamos con la mezcla que hicimos anteriormente y lo dejamos cocinarse durante 30 minutos. Luego, lo volteamos con cuidado y ponemos la parte de los huesos sobre la parrilla. Volvemos a pincelar con la salsa preparada. Entonces lo dejas cocinarse durante 40 minutos, para volverlo a su posición original durante 20 minutos más.
De ahí en más sólo te quedará servir el pollo asado en presas y con las ensaladas que hayas preparado.