Especial desde Filadelfia
Esta noche en el Arena Wells Fargo Center de Filadelfia todo está listo para una noche con mucho movimiento.
Hablarán de corrido Bloomberg, Kaine, Biden y Obama. Solo sabemos que como corresponde a su investidura y a la tradición el último en tomar la palabra será por supuesto el presidente Barack Obama.
Bloomberg está acá para intentar mejorar la franja de voto independiente, veremos si lo consigue. La tarea es muy difícil para Hillary Clinton. Hoy un medio amigo, que apoya abiertamente a la ex secretaria del Departamento de Estado Los Angeles Times publicó una última encuesta en donde Donald Trump lidera para ganar la presidencia en noviembre por 47 a 40.
El presidente Obama pasó de decir hace muy pocos meses que Trump no iba a ser presidente, que estaba convencido de eso, a que todo puede pasar. Chocolate por la noticia. Los intentos de ridiculizar a Trump por parte de los Republicanos ya fracasó. La de acusarlo a de un demócrata encubierto también fracasó, se subestima el carácter independiente de los votantes norteamericanos, aún de aquellos que regularmente votan a un partido. Es mucho más común de lo que se imagina que demócratas cambien su voto para una elección en particular y viceversa.
Además están los independiente que fueron masivamente a votar a Trump en las primarias repúblicanas. El hito que tocó Trump en estas primarias históricas son dignas de remarcar. Consiguió la mayor cantidad de votos de toda la historia que haya conseguido un republicano.
Meter miedo de que si gana Trump se destrozaba el Partido Republicano como estrategia para derrotar a Trump en la primaria también fracasó estrepitosamente. Es decir, fracasó el miedo. La política del miedo.
Trump contrapone una versatilidad pocas veces vista para aguantar el escándalo. Tanto es así que por momentos parece que se divirtiera y lo terminara más ayudando que perjudicando. Además contrapone que Obama fue un presidente horrible y menciona hechos, que algunos son dudosos, o en algunos casos directamente falsos, pero contrapone que solucionará esos problemas que primero los relata de una manera tan clara y tan sencilla que posiblemente hasta alguien que no sepa mucho inglés lo podría comprender con cierta facilidad. Es una estrategia totalmente exitosa que llevo a que Donald Trump acceda a la nominación del partido por escandalosa mayoría.
La estrategia demócrata no se ha diferenciado mucho de lo que ha sido la del establishment republicano, que puso toda la carne al asador, pero no fue suficiente. Hasta la FOX, histórico canal republicano hizo toda la campaña que pudo para frenar a Trump y no pudo.
El presidente usó un argumento muy poco feliz aunque agudo: que conducir el país no era como la Casa Blanca, no era como un país y una nación.
Pasa por alto ese argumento que Trump construyó un emporio desde Manhattan, cuando Manhattan todavía tenía zonas intransitables después de las 6 de la tarde, y llegó a construir una compañía global. De hecho Donald Trump en lo que sería conducir algo, hizo bastante más que Obama. En términos de experiencia de gestión Obama tenía mucho menos que muchos otros ex candidatos y que lo que hoy puede mostrar el propio Trump.
Lo que ve el votante americano en Trump, es un hombre que con una fortuna hizo una fortuna diez veces más grande y eso le parece meritorio. Ve un hombre que habla de problemas comunes y localiza con simpleza donde se encuentran estos. Y eso no tiene necesaria relación con la verdad, sino que simplemente le habla de cosas que la gente puede entender y encuentra una superficie de correspondencia con su experiencia. Suficiente para sentirse interpretada.
Obama esta noche, viene a pedirle, “implorar” escribió hoy el New York Times a los votantes americanos que voten por Hillary para que no llegue Trump. Habrá que escuchar las razones para un pedido que parece hoy por hoy un canto desesperado para evitar lo evitable. Pero el contendiente ya no es un mero millonario o un hombre que se maneja bien en los medios. Es un hombre con mucho mejor manejo de la arena pública, con encanto, gracia y una enorme capacidad de no decir nada y lucir como que está respondiendo a todo lo que le preguntan o disparan con enorme solvencia. Sin duda es un talento que no puede ser subestimado, más cuando viene acompañado de la conducción básicamente de una empresa global con edificios, hoteles y propiedades en todo el mundo.
Hará falta más que decir que Trump es malo para evitar su llegada a la casa blanca. Los famosos swing states, estados que no son propiamente nunca de nadie de forma indeterminada, lucen con tendencia al cambio.