Actores y músicos, convocados por Rodolfo “Fito” Páez, se reunieron éste sábado en Parque Saavedra en lo que denominaron la Plaza de los Artistas y que tuvo por lema «defender la alegría, el trabajo y la libertad«, y por objetivo expresar críticas al gobierno de Mauricio Macri.
Entre los destacados presentes estuvieron Marilina Ross, Pablo Echarri, Nacy Duplá, Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Luisa Kuliok, Marina Bellatti, Paola Barrientos, Victoria Onetto, Rita Cortese, Fernán Mirás y Gustavo Garzón, el ex ministro de Economía Axel Kicillof y el ex presidente del AFSCA Martín Sabbatella.
Las actividades con las cuales este colectivo de exbecados del anterior gobierno “defendió” la alegría, el trabajo y la libertad fueron, por dar un par de ejemplos, colocar imágenes de funcionarios del actual gobierno nacional, y del presidente mismo, para que quien quisiera hiciera sobre ellos blanco con una pelota de fútbol hasta derribarlos, en clara alegoría a que hay que voltear a este gobierno. Otra de las actividades fue sacarse fotos con un cartel que rezaba “Liberen a Milagro”, y otras leyendas tales como “Macri pará la mano”.
Lo único claro que quedó de esta convocatoria es que el “Comandante” Fito le regaló a su “revolucionario” público quince minutos de su arte, sin cargo, como una forma de redimirse un poquito por haber tocado en el TN Fest, en el canal del sanguinario y mentiroso Magnetto, y haber cobrado cientos de miles de pesos, como su capitalista y burgués life style se lo demanda.
Todos estos artistas que tuvieron su “década ganada” con creces, ¿No podían hacer un llamado a llevar alimentos no perecederos, ropa, donaciones o ayuda de cualquier tipo para mandar a las provincias devastadas por el kirchnerismo ese que defienden, y donde se muere por falta de agua, comida o medicamentos?. ¿ No podían cobrar una entrada simbólica, y luego donar lo recaudado a hospitales, escuelas, comedores?.
Nooooo. Eso hubiese sido ofender a otro de los “ilustres” asistentes, el exministro Kicillof, quien tal vez se hubiese sentido mal pensado que gran parte de la inflación, los despidos, la devaluación y los ajustes actuales son consecuencias de sus desastres en su gestión como ministro de economía.
¿La alegría y el trabajo de quiénes fue a defender Sabatella?,¿ el suyo y el de los miles de militantes de su partido que nombró en el AFSCA, y a los cuales le descontaba un porcentaje para poder vivir a cuerpo de rey?.
¿La libertad de quiénes fueron a defender?, ¿La libertad de Milagro Sala y sus laderos?, ¿o la libertad de quienes ahora sí pueden contar como fueron explotados?.
Ayer, el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, reconoció cuando se le preguntó cuántos pobres había dejado el kirchnerismo: “Dejamos una cantidad importante de pobres”. ¿No se dieron cuenta?, les dejó servido el nombre para esta convocatoria: “La plaza de los pobres”. ¡háganse cargo de lo que defendieron y pedían que se profundizara en estos años!
Banda de cínicos que disfrazan de populares sus propios reclamos mezquinos por haber perdido los injustos e ilícitos beneficios que gozaron durante años solo por aplaudir, festejar y hablar linduras de quienes manejaban la chequera y el poder.
Jamás se les ha conocido una donación, una misión humanitaria al Chaco, a Formosa, a Santiago del Estero y tantas provincias donde se mueren de hambre, de sed, de enfermedades fácilmente curables; jamás una “Plaza de los sin derechos”, una “Plaza por Jorge Julio López y Mariano Ferreyra”, una “Plaza por los despedidos por Lázaro Báez, Szpolski y Garfunkel”, una “Plaza por los masacrados en Once”, una “Plaza por cárcel para Milani”, una “Plaza pidiendo prisión para los corruptos”.
Bien lo dice el refrán: “El pícaro vive del tonto, y el tonto de su trabajo”. Por eso no me asombran los miles de idiotas embobados que van, los aplauden, corean sus nombres y los idolatran, y luego se vuelven a sus casas en colectivo o tren pensando que fueron parte de una gesta histórica, de una lucha heroica que nos dejará un mundo mejor. Mientras Fito y los suyos vuelven a Recoleta, Puerto Madero, Belgrano, Palermo y demás barrios exclusivísimos, ufanándose de su poder para reunir miles de anónimos cuyas vidas, miserias y penurias diarias les importan un carajo.
Una vez más el ego de los que se consideran superiores ha sido saciado por esos miles de extras que, ingenuamente, creen que esos “notables”, famosos y adinerados los consideran algo más que un simple número en sus actuaciones.