SE RECUERDAN EN DISTINTAS FECHAS FUNDACIONES DE PUEBLOS DEL NORTE.
por Eloy López
Cada año, se recuerdan fundaciones de ciudades con distintas celebraciones oficiales, incluidos actos escolares. Sin embargo, hay quienes la viven como un recordatorio de sufrimientos y desgracias. Eso ocurre por ejemplo para los integrantes del Movimiento Indígena Barro, de la provincia de Jujuy, que pidió a las escuelas y a los gobiernos que convoquen a reflexionar sobre lo ocurrido en la época colonial y los atropellos que se cometieron contra los habitantes originarios.
En vísperas de la fecha el Movimiento difundió una síntesis del proceso histórico vivido al sur de Kollasuyo, “ya que los festejos en democracia siguen halagando al 19 de Abril como la ‘Fundación de Jujuy’, hechos del que se valieron para festejar indignamente un gran acontecimiento de invasión y matanza”.
El Movimiento destacó que los “invasores españoles” nunca respetaron el nombre de la Madre Tierra, la Pacha Mama, porque “apenas bajaron de sus barcos iniciaron su expansividad a partir de ‘descubrir’ y llamar con nombres extraños a estas partes ya habitadas por nuestros antepasados. A las invasiones las llamaron conquista y fundación”. Destacaron que en la “desigual lucha en el territorio hoy denominado San Salvador de Jujuy” se “coronó y posicionó a otras personas ajenas a este territorio”, a pesar de lo cual, en la actualidad los habitantes originarios siguen “en la lucha por la reivindicación de la cultura y los derechos preexistentes”.
En 1593, recordó el Movimiento, Francisco de Argañaráz y Murguía ultimó a “gran cantidad de nativos debido también a la superioridad militar española que termina por imponerse el 19 de abril de 1593, fecha en que se funda San Salvador de Velazco del Valle de Jujuy, la actual capital provincial, en honor a Juan Ramírez de Velazco. Desde ese entonces la resistencia sigue en pie”.
Los españoles siguieron tomando prisioneros a los nativos hasta que entre ellos cae el cacique Viltipoco, principal referente de los pueblos de la zona. “A partir de ello, entra en escena fuertemente la figura invasora de la iglesia católica con su párroco Gaspar Dionrroy, el cual impone el catecismo al cacique y un nuevo nombre: ‘Diego’”.
El Movimiento subrayó que a pesar de “una larga y silenciosa resistencia a la invasión española, y a las posteriores guerras denominadas de la independencia, en las cuales los originarios fueron nuevamente traicionados por sus ideólogos”, hoy se encuentran “en dominio de terratenientes y nuevos dueños de territorios ancestrales debido a las sucesivas invasiones a la Abya Yala”. Añadieron que por estos acontecimientos la fecha de la fundación de Jujuy, y de las otra ciudades del norte como Salta, Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero, no implican una celebración para los pueblos originarios: “No es justo para nuestra historia y memoria celebrar una fundación sobre el sufrimiento, la violencia y el genocidio de los nativos de este territorio”, afirmaron.